SI CUANDO UNO DE TEIS SALE AL CAMINO PASA LO QUE PASA

OS VENIS CONMIGO?


"Definitivamente no cambias de plan, NO TIENES PLAN! Te dejas llevar para donde sople el viento..." SMS de Noé en Rumanía.
"Donde hay un deseo hay un camino" Dicho africano, Javier Reverte en Vagabundo en África.
"Be Nothing...and them you live." Krishnamurti

jueves, 16 de septiembre de 2010

Más rencuentros, más sonrisas

Otro reencuentro lisboeta me trasladó mentalmente aún más lejos, parece que toca época de recuerdos. Se trataba de una chica que conocí en aquel viaje iniciático por Sudamérica, hace ya cinco años, Oriel, te acuerdas de aquellos tiempos locos del Carretero?, el hostal de la Paz por donde pasaban mochileros y personajes varios. Con sólo una sonrisa me confirmó, todo va bien.

Hay gente que pasa por tu vida durante un periodo largo, compañeros de clase y trabajo, amigos de amigos, conocidos, pero no dejan casi sensaciones, simplemente pasan. Otras personas que un buen día se cruzan en tu camino, tal vez por pocos días, unos instantes, pero que en esos pocos instantes se crea una sensación de cercanía difícil de explicar. Desde entonces te acompañan.
Oriel es uno de estos seres humanos, hacía más de dos años que no nos veíamos, pero fuimos hablando por email, nos informamos de nuestras rutas (yo sur ella norte), y fuimos siguiendonos con SMS a lo largo de Portugal, para yo subir y ella bajar y así coincidir en Lisboa, tomarle unas chelas y ponernos al día. Deseo que no tardemos otros dos años en volver a vernos.

Pero si la melancolía de pasados aventureros, de viajes y risas, de vidas africanas, no me hubiese calado en el bochorno de una Lisboa que ardía me reencontré con otras dos amigas de Lichinga en Porto. En este caso eran mis "meigas", así llamo a las jóvenes leigas (un movimiento cristiano con voluntarios y proyectos que tenían una casa en Lichinga). En Porto me reencontré con estas dos "magrinhas"(flacas), parece que todo el mundo ha adelgazado al volver de Lichinga, menos yo que he recuperado los 15 kilos que bajé en un año de trabajo subtropical.

Desde el primer instante me volví a sentir en confianza, Rita me abrió las puertas de su casa, su familia y sus amigos. Lo primero que hicimos fue quedar con la otra meiga de la ciudad, Patricia, e irnos a la playa a charlar, arreglando el mundo, desparramando risas y comentarios, poniéndonos al día de todas esas personas que han ido pasando por nuestras vidas, y les seguimos el rastro a duras penas.

Me enteré que ya no existía casa de los Leigos en Lichinga, lo que puede leerse como falta de dineros, o que la cúpula de este movimiento católico no veía con buenos ojos los "namoramientos" de algunas voluntarias con lugareños, porque habeilos hailos...

Eso me llevó a reflexionar sobre el magnetismo que sienten muchas europeas (blancas) por africanos (negros); y como incluso sabiendo como son de zalameros, don juanes y "africanos" (al menos con los que yo he tratado) se meten a fondo, apasionándose, colgándose. Tal vez pensando que ellas van a conseguir que sean diferentes, que el amor triunfará, saltará barreras de toda clase, y será sólido como una montaña...al tiempo, se vuelve más bien inestable como un volcán, y acaba explotando por cualquier causa. Pocas parejas de estas características he conocido que hayan sobrevivido al paso del tiempo.

Hicimos terapia de grupo para expresar nuestras sensaciones y sentimientos tras la vuelta de tierras africanas, el estar aquí teniendo la mente allá. Lo "marcianos" que nos sentimos en casa, tal vez, aún más que en un país tan distinto como Moçambique y como cada uno añoraba volver a ser "asungu" (blanco en Yagua, creo, porque nunca distinguí entre los tres dialectos de Niassa).
Si la crisis económica de aquí paralizó nuestros proyectos, que sucederá allá, en un país donde el 50% del presupuesto del estado es dinero de cooperación directa (refuerzo gubernamental le llaman), y muchas de las necesidades básicas se intentan cubrir mediante ONG´s y otros proyectos (que no se contabilizan en ese 50%).



La respuesta a como está la cosa por aquellas latitudes la tenemos en las revueltas que han explotado en Maputo por el anuncio de subida del precio del pan, 13 muertos y la capital parada durante días.

Al final comprobamos que seguimos unidos por un fino cordón umbilical al continente Madre.
Incluso Rita, que ahora mismo tiene trabajo "formal" en Porto al comentarle que conocía una página de ofertas de empleo en proyectos de cooperación, me dijo con una sonrisa:

-Enviamelaa, que no se sabe!


2 comentarios:

  1. Me ha venido a la memoria una película, basada en un hecho real "la masai blanca" que tampoco acabó bien, a pesar de la entrega incondicional de ella, que hasta accede vivir en un poblado sin ninguna comodidad pensando que el amor podría con todo el peso cultural que los separaba.

    Tus encuentros, tus sonrisas y tus recuerdos compartidos que ahora también nos dejas aquí.

    Un beso, Suso.

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  2. Es que lo del amor no es nada fácil, y cuando confundimos otras cosas con el AMOR, le ponemos barreras culturales, idealizamos y creamos imágenes...buff la cosa se complica, aquí y en Lichinga.

    Pero el camino es bonito y siempre es mejor sentir y sufrir que no sentir.

    Un beso curranta!!

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