-Tío has venidoooo!!!-gritó el Pablete en la puerta al mismo tiempo que se avalanzaba sobre mi. Y cómo me lo iba a perder.
"Ya sé que los tios son muy viajeros, pero por un díaaa podían veniiiir!!" le había espetado a mi hermana unos días antes, que para que no me despistara me escribió un mail, pero yo ya tenía la fecha marcada e hice coincidir mi llegada a Teis con el septimo aniversario de mi único sobrino.
Nos abrió la puerta del jardín un Pablo nervioso y sonriente, comenzó a hablar como si tubiera caramelos en la boca, pronunciando aaassiiiii:
-Pablo por qué hablas así?
-Soy un conde itaaaaliiiiaaaano y este es mi palacioooo.
Me muero de la risa. Así que adelante, jugaremos en tu palacio.
Por desgracia las familias modernas no tienen demasiados niños, y en aquel palacio se juntanron un montón de adultos, Pablo, su primo Brais y yo (que eramos los únicos niños que jugabamos).
Me lo pasé como un enano, entre tirar fotos, jugar y no darle cuartelillo a los canapés. Los peques posaban como profesionales, y daban mucho más juego que los adultos, que permanecieron casi toda la tarde en sus respectivas posiciones, charlando animadamente, pero sin demasiadas descomposturas.
Nosotros no, por aquel entonces estabamos desatados, con el azucar de la tarta, la cafeina de las bebidas, los regalos y juegos de todo tipo...
al final venga todos locos a explotar globos.
Ya veo que el conde italiano disfrutó mucho de su jardín y de sus invitados.
ResponderEliminarSon fantásticos lo niños, a mí me divierte su frescura y su imaginación.
El contacto con los críos nos devuelve la conexión con la fantasía y los sueños.
¡Feliz cumpleaños, Pablo!
Un beso, Suso
Vaya pinta la tarta de chocolate, con razón tenías marcada esa fecha, y claro que alegría de niños, aunque nos falta uno en las fotos, ya conozco un poco más a vuestro cooooonde italiano! Me alegro de que lo haya y lo hayas disfrutado, seguro que fué un gran regalo tu presencia, para él en su cumpleaños y para otros el día anterior! un abrazo Suso!
ResponderEliminarTesa si que son fantásticos, y mi Pablo es pura luz...ains que me electrocuto con las babas que se me caen, y si, me pierdo por mi sobri!
ResponderEliminarNoé el día antes y el día después, aunque con la fiebre tal vez no recuerdes bien, eramos aquellas sombras que trajinaban sopita y arroz con marisco en tu cocina. Fue un buen regalo, porque el resto de cosas fueron ropa!! es lo que tiene cumplir años a principio de curso, al menos no le regalaron los libros de texto, ja,ja,ja.