Estaba tan tranquilamente dándole vueltas a cómo despedirme del messenger, qué escribir, sobre ese sistema de comunicación que nos acercó en la distancia, se me antojaba megamoderno, cuando ya todo el mundo lo usaba. Recuerdo ahora aquellos momentos de hermanamiento de pantalla, furtivos en el trabajo, o durante momentos de placer, aquellas charlas madrugadoras de domingo...pensaba en todo eso, en el saludo del muñequito verde vibrando hasta conectar, en como no hace mucho me etiquetaron como "cabernícola" por seguir usando ese sistema y no pasarme a lo nuevo, al móvil conexión y tal y tal...qué pasa si me quiero quedar en la época paleolítica?
Me estaba saliendo una idea chula, puede que manida, pero de repente, la vida como es eh, comenzaron a irse sin despedirse, Bigas Luna, el fin de semana...dejándome en la boca el sabor de ese jamón, jamón que siempre comeré, el carnal y subrealista, pasional.
Y los grises no se van, porque si Aldabra, yo me he despedido del abrigo, pero el se resigna y uno no es de piedra, lo sigo viendo, ya sin ganas, como esos últimos encuentros con amantes, cuando ya sabes que no puede ser, que todo ha acabado, pero el cuerpo aún necesita de ese calor y se sigue volviendo a caer. No me acostumbro a estos grises, aunque me esté acostumbrando a salir volando detrás de cada rayo de sol, al carpe diem de camiseta, pero estos grises no se van!
Se fue Bigas, y se fue aquella malencarada que de vez en cuando veía en los telediarios de mi padre, la dama de hierro, que descanse en paz, porque no dejo descansar a nadie y poca paz trajo. Para ponerle contraportada se fue también Sarita Montiel, alguien que para mi, no supo dejar de ser, se aferró con uñas y dientes al personaje viviendo así anclada en ese pasado glorioso, ajado, estrabiado entre telarañas.
Y hoy me despierto con otra partida, dura, aunque indeseada podría decirse que previsible, porqué nos empeñamos en pensar que la gente de más edad tiene más papeletas para partir? porqué pensar que en un "mañana" se podrá hacer lo que nos negamos a encaminar hoy?
Como un suspiro, como el tiempo, como los rayos de sol entre grises nuves, se nos fue el abuelo pensador, Jose Luis Sampedro. Nos quedan sus palabras, como el recuerdo de ese sol de fin de semana, con el calor en el pecho, los ojos un poco rojos, el alma volando.
"Creo en la Vida, Madre Omnipotente,
Creadora de los cielos y de la tierra.
Creo en el Hombre, su hijo,
Concebido en creciente evolución,
Progresando a pesar de los Pilatos
Que inventaron sus dogmas reaccionarios
Para aplastar la Vida y sepultarla.
Pero la Vida siempre resucita
Y el Hombre sigue en marcha hacia el futuro.
Creo en los horizontes del Espíritu
Y en la energía cósmica del mundo,
Creo en la Humanidad siempre adelante,
Creo en la Vida perdurable.
Amén"
Jose Luis Sampedro