Cuando la vi de pié, en la estación de "Comboios" de Grandola vila moreeeenaaaa, terra daa fraternidaaaadeee todo un torbellino de recuerdos y momentos me abordó. Un abrazo y ya estábamos riéndonos con nuestros momentos de no-comunicaçao.
A Marta la conocí cuando el trabajo y mi estancia en Lichinga estaba bien avanzado, en la cresta de la ola, con mil cosas en la cabeza, durmiendo poco y viviendo mucho.
Meses antes la había visto pasar a toda mecha en la pick up blanca de la empresa de tabacos. Una blanca conduciendo Kamikace por la ciudad no pasaba desapercibida precisamente, pero a veces el tiempo en Lichinga parecía detenerse y otras pasaban meses sin darse uno ni cuenta, así que no fue hasta mucho más adelante que Amara y Cris, "las españolas de Lichinga", aparecieron un día en mi casa con ella, "esta es Marta" y desde entonces surgió un grupo: hablábamos en lo que podíamos, alguna excursión, hacíamos terapia de grupo comentando los rompederos de cabeza de los respectivos trabajos y vidas, celebrábamos lo que fuera con tal de pasarlo bien un rato, realmente era una celebración de estar vivos, de la amistad, reíamos mucho y bailábamos casi tanto como reíamos, ai Hotchilling!!!
Fiesta en casa de Marta, Lichinga 2009. Que momentazos cuando eramos negros!!
Todo aquello volvía ahora mientras nos íbamos a la playa a pasar el día y a ponernos al día. Sólo el hecho de bater papo (hablar) en aquel portuñol que he aprendido ya me teletransportaba, y tuvimos que hacer serios esfuerzos para centrarnos y contar qué habíamos hecho desde que nos despidiéramos en Julio del año pasado.
Repasamos viajes, experiencias, momentos, separaciones, vivencias, sensaciones, ilusiones. Los dos enganchados a África, los dos soñadores de futuros inciertos, visionando pasados. Que grande es reencontrarse con unos ojos a los que no hay que dar explicaciones, que simplemente sonríen al verte, y al devolverle la sonrisa siempre parece que no ha pasado el tiempo.
Mis pocos días en Lisboa, no aguanté demasiado el calor sofocante de finales de agosto, se podrían resumir en reencuentros charlas y risas. Callejear un poco, descansar mucho y comer cosas ricas.
Un momento maravilloso fue el último día, en el que tras un ir y venir en coche por media Lisboa Marta me condujo a una isla africana en la ciudad, la Asociación Caboverdiana...
Uuummm:Comida africana (feijao com carne, arros com pato), y Kisomba (baile popular de los países lusófonos), que maravilla, volver a saborear el continente negro, con el paladar, y con los pies, claro. Esa gente, ese color, esas sonrisas, esa forma de vida, me hicieron volver a pisar África, en el 8º piso de un edificio del centro de Lisboa.
Gracias Martinha
Os dejo aquí unas clases de Kizomba, por si algún día se nos da por salir a bailar!
Meu amigo, não tenho palavras... Não imaginas o quão oportuno foi ter lido o teu depoimento hoje. Conseguiste descrever tudo o q senti e sinto hoje na saudade desses momentos tão nossos. A nossa celebração da vida Lichingueira com pozinhos espanhois, portugueses e, claro, bem escurinhos... =) Como tu parece q o tempo não passou, antes estabilizou numa memoria tao linda num periodo, embora agora se saiba, curto que se guarda com muito amor e amizade.. Um Abração daqueles!
ResponderEliminarE agora terminava com.. um "Tio Paciencia" ?? :D
http://www.youtube.com/watch?v=ulEgCFEO0wU&feature=related
Obrigada Susinho...
Ai Marta,Saudades, tenho saudades.
ResponderEliminarA vida tem estas coisas, "coincidencias" dim. Gostei muito de te ver la em Lisboa, daquelas danças, das risas e por um tempinho daquel celebrar a vida.
um abraço menina e sigue sorrindo sempre!