Todo eso ayudó a que el tiempo volara...y así 165 personas diferentes, cada uno con sus motivaciones, pero todos con un lugar de destino común Tinduf, iban a realizar un viaje, una experiencia nueva.
A las 3 de la mañana paramos en el aeropuerto argelino de Orán (para mi siempre será Orange, porque todo el mundo se puso con el móvil). Hicimos el cambio de pilotos, ya que el aeropuerto de Tinduf es militar, y repostamos, cuando estabamos en pista el avión aceleró pero no tenía fuerza suficiente, volvió a acelerar, nada, y un tercer intento... la gente empezaba a tensionarse, pero cuando el avión dió la vuelta y volvió a la pista de despegue algunos empezaron a ponerse realmente nerviosos, a timbrar, a gritar, generando una sensación de pánico en muchos de los que habían embarcado con una sonrisa...
Parece un poco fuerte, pero yo esperaba acontecimientos, con una sonrisa, sabía que no era mi día, llamarme loco, ingenuo o lo que querais, pero sabía que no iba a morrir en ese avión.
Así que el avión se colocó nuevamente en la zona de "aparcamiento", la gente comenzó a levantarse, los azafatos a intentar tranquilizar.
Hablaron de un problema técnico y que en 30 minutos salíamos, eso se combirtió a los 40 minutos (que yo dormité) en tienen que bajar del avión...
Al llegar a la sala de transito, que era la única sala de espera, la gente se agolpó en los primeros bancos, fumando, hablando, gesticulando, que en breves nos ibamos, que qué le pasaría al avión, como no soy ingeniero ni se de mecánica, pero si he estado en otras "atrapadas" me dirigí al fondo del recinto y tomé posesión de un banco, extendiendo mi saco que llevaba con las pocas cosas "mias" en la mochila de mano (facturé 25 kilos de comida, juguetes y cosas que Bego había conseguido).
Allá que me puse a dormir, abriendo un ojo para comprobar que Chalo y Raul secundaban la moción y tomaban los siguientes bancos.
"Pero si han dicho que en una hora nos vamos" escuché a alguien decir. Si, si, también dijeron que en 30 minutos despegabamos y aquí estamos. Medio dormí entre ruido, luz, calor y un frío húmedo que con la niebla se metió en todo, menos en el saco, claro.
A las 7:30 o 8:00 de la mañana me desperecé, llevabamos como 4 horas en el aeropuerto y nadie decía nada. La gente a esas alturas se había exparcido por toda la sala de espera, cuando empezaron a llegar los primeros pasageros nacionales, que estupefactos esquivaban a una panda de damnificados españoles, que usaban bancos, suelo o cualquier espacio para maldormir un poco.
Dos chinos (me he encontrado chinos en media África; son los auténticos amos de África, construyen, compran, venden, tiran con los precios, miedoooo) se tomaban un café y charlaban fumando mientras observaban de reojo a una chica rubia que dormitaba, dejando unos centímetros de piel provocadores en el final de la espalda, aunque nada impúdicos para nosotros, vete tú a saber el hambre de estos chinos.
Un matrimonio argelino observaba sorprendido a una pareja de jóvenes que tirados en un saco de dormir se abrazaban y daban mimos, como si de un encierro de facultad se tratara. "Estos occidentales están locos" leí en sus miradas.
Me lo estaba pasando de muerte, con todo un aeropuerto para observar. Me puse a estirar en el suelo, y luego fuy a por la bandeja del desayuno, con la que la compañía pretendía calmar los animos. "Que rico está todo, pues no se está tan mal", algunos flipaban, pero que le voy a hacer? ya que ha tocado esto sacarle el mayor partido a la situación.
Delante de mi estaba sentado un señor elegante, bigote y ojazos azules, que observaba sonriente la situación, cuando dijo algo en español comencé a hablar con él, era argelino, y vivía con su mujer, la de la pañoleta negra, en Francia, a donde querían volar, pero tenían retraso, se excusó por su español, que yo elogié mientras me acercaba a su banco.
Comenzamos a charlar, tranquilamente, de Argelia, país que desconocía por completo, de qué se cultiva, cómo son las comunicaciones, el sistema político, porqué aquella gente era de tez tan clara y ojos azules: resultó que el imperio Otomano (antigua Turquía) había llegado a aquí con sus rasgos caucásicos.
En fin, disfrutamos de todo lo que una conversación de aeropuerto podía dar de si. Siempre respetando nuestros tiempos y espacios, con silencios, y miradas complices de risilla cuando algo se movía minimamente en el ambiente, porque mover se movió!
La gente comenzó a estar incómoda allá sobre las 10 e la mañana, se enfrentaban a las pobres azafatas, cuyo único cometido era cuidarnos, exigiendo explicaciones, un avión nuevo y finalmente la presencia en el aeropuerto del Consul de España en Orán. Así me quedé sin azafatas con sus aguas fresquitas, porque ante las increpaciones del tumulto, se encerraron en una cristalera, que alguno golpeó, haciendo venir a las fuerzas de orden público (cuando ví una furgoneta fuera, me temí lo peor, una carga en el recinto, calculando por donde escabullirme, pero por suerte no sucedió).
Cuando llegó el consul, un hombre pequeñito, que seguramente estaría a punto de iniciar sus vacaciones de semana santa, pues sólo pudo hacer su labor política. Subido a un banco, con un megáfono de juguete, que no funcionaba, anunció lo que ya sabíamos por rumurología: El avión tenía un fallo, habían traido una pieza desde Argel (que se retrasó por no poder salir el avión de Argel, por niebla) y que todo está bien, se está siguiendo el protocolo de seguridad, y cuando esté todo listo el avión despegará.
Ante las increpaciones de algunos el hombre hablo con la cordura que faltaba en el ambiente, el avión fue fletado por nosotros y va a despegar, si alguien tiene miedo y no quiere subir, que no suba, nosotros lo único que podemos hacer es ayudarles a tener información de próximos vuelos a Tinduf o a España.
Olé el cuerpo diplomático, porque algún occidentaloide estaba todo flipado pidiendo un avión "nuevo", certificados de seguridad y que el consul bailara un chotis en pista!
Así que llegó el momento, a las 13 o así me despedí de mi nuevo amigo argelino y su mujer, con el que había compartido conversación, sus patatillas y mis tortas de anis, que les gustaron mucho porque son unos golosinos; con un " ha sido un verdadero placer conocerle, buen viaje y suerte en la vida! -Ilsala "(dios dirá)
Creo que las experiencias te forjan, y cuando te pasas meses en un barco, o una época viajando con la mochila, o vives en...Mozambique, aprendes a ver las cosas de otra forma, y me lo pasé realmente bien, aprobechando aquel ratito para conocer y conocerme.
Y claro, el avión despegó y voló...nadie se había quedado en tierra, y de regalo el piloto nos permitó entrar en la cabina, todo fue buenisimo
Me encanta como le das la vuelta a la tortilla... si por un lado se quema, por el otro aún está sin hacer!!
ResponderEliminarGrande Susinho!
Hablando de tortillas, a ver si nos tomamos unas tapas por ahi no? que no va a ser todo filosofada carallo!
ResponderEliminarGlande Suso!!
ResponderEliminarSi no fuera por ti, este viaje no sería así, gracias Chalo.Por cierto, las dos fotos de la entrada son tuyas, que lo sepa el mundo!!
ResponderEliminarSahara Hurra!!
Que suso es toda la situación, si es cierto que a todo y sino todo, casi tdo, se le puede sacar un buen partido. Me gustan estos reatos, me abren los ojos para poder er las cosas desde el otro lado. Un abrazo Suso y nos vemos en breve.
ResponderEliminarSi que vas a lume de carozo rapás, que se te caen as letras polo camiño...é moi Suso porque para min eu fun o protagonista da miña historia, e ademáis o observador, e logo o narrador, imposible non velo dende os meus ollos.
ResponderEliminarDiscrepo un pouco, penso que de TODO, se pode sacar partido.
Xa me tarda!!!