Houbo un tempo no que Terra de Montes era unha paraxe remota, lonxe das comodidades da cidade, terra de rudos homes do campo, acostumados a traballar de sol a sol polo sustento dos seus, terra de mulleres capaces de levar unha familia o seu cargo, mentras o home procuraba un futuro distinto alén dos mares.Neses tempos de escasez houbo un home, Virxilio Vieitez, que adicou toda a súa vida a ver o que acontecía o seu redor polo obxetivo dunha cámara. Nada sabía do mundiño do artisteo, comprara unha cámara con 18 anos cando emigrara a pirineos a traballar de peón, sacando fotos ás paisaxes e os compañeiros de traballo. Como non se lle daba mal, conseguiu venderlle algunhas os amigos, e así decidíu ser axudante do fotógrafo Julio Pallí, en Palamós. Con 25 anos regresa o pobo, pero o mal da fotografía xa percorre o seu corpo.

Faise o cronista do seu tempo, non só na visbarra, senon tamén fora de terra de Montes. Cunha simpleza de medios incrible, dun xeito autodidacta e cun claro intento de sacarlle un beneficio o retrato "a foto que sae movida, non cha compran" Virxilio faise testemuña excepcional dunha época que agora vemos moi lonxana.
Fotógrafo de bodas, pero sobretodo fotógrafo de carnet, cunha saba recorreu moitas vilas tirando as fotos acompañando a Guardia Civil, que realizaban os documentos "in situ". Os orixinais ampliados, incluindo a saba no borde, e mesmo os arredores da foto son todo un "retrato" dunha época. Caras curtidas, roupas reladas, ollos opacos vendo a un futuro incerto.
Tamén destacan as fotografías dos bens mercados pola familia que aquí quedou, para demostrar os parentes traballadores que se invertiran ben aqueles cartiños. Moitisimas destas fotografías cruzaron o charco e remataron en Buenos Aires, Montevideo, México...e as máis escabrosas de todas, as fotografías de velatorios, que en moitas ocasións eran imprescindibles para comunicarlle con certeza a morte dun ser querido a un emigrado.

Durante uns meses desfrutei da retrospectiva que en Vigo montaron no MARCO sobre a súa obra, paseando entre o meu pasado colectivo, que momento de introspección no máis profundo do meu ser galego, das miñas raices, de coñecer eso que nos fai diferentes e que boto tanto de menos.
Aquel tiempo donde nuestros paisanos tenían la piel curtida por el sol jornalero, el tabaco y la malnutrición. Tiempos, no tan lejanos, en los que un niño moría de unas fiebres y nadie se extrañaba, y lo normal era tener un traje para los domingos y una ropa de trabajo para el resto de los días.
En aquellos tiempos de escasez y dignidad hubo un hombre, Virxilio Vieitez, que dedicó toda su vida a ver lo que sucedía a su alrededor por el objetivo de una cámara. Nada sabía del mundillo del artisteo, había comprado una cámara con 18 años cuando emigró a Pirineos a trabajar de peón, sacando fotos a los paisajes y a los compañeros de trabajo. Como no se le daba mal, consiguió venderles algunas a los amigos, y así decidió ser ayudante del fotógrafo Julio Pallí, en Palamós. Con 25 años regresa al pueblo, pero el mal de la fotografía ya recorre su cuerpo.
También destacan las fotografías de los bienes comprados por la familia que aquí quedó, muchísimas de estas fotografías cruzaron el charco y acabaron en Buenos Aires, Montevideo, México...y las más escabrosas de todas, las fotografías de velatorios, que en muchas ocasiones eran imprescindibles para comunicarle con certeza la morte de un ser querido a un emigrado.
El hombre que solo hacía fotos, que retrató mucha gente pobre, pero nunca miseria; que acababa los carretes con la familia, teniendo una colección generacional envidiable de sus hijos. Aquel tipo que probaba diferentes líquidos, consiguiendo una mirada incriblemente limpia y a la vez personal.
Que bonitas esas fotos, la de la familia del año 58-59 es auténtica, por lo menos hay tres generaciones en ella y la de Amelía en el 69 es divina.
ResponderEliminarSi te enteras si la exposición pasa por Barcelona, me avisas porfa.
Petons
Toma y después de leermelo entero en gallego me doy cuent que está en castellano. De todos modos me gusta el gallego.
ResponderEliminarUna colección genial pero creo que no muy diferente a la de mi zona u otras zonas en esa época.
Saludosss
Bendito mal que se lle meteu no corpo! Gracias a xente coma el podemos borar unha ollada atrás e saber quen somos sen que nolo teña que contar ninguén máis que quen foi testemuña dun tempo que xa pasou.
ResponderEliminarUnhas fotos fermosísimas e moi auténticas!
Unha aperta.
Sí, por favor, si viene a Barcelona, no me la quiero perder.
ResponderEliminarHe estado curioseando por los link que indicas, son una crónica entrañable de un tiempo que yo recuerdo, ya ves, y que me parece mentira como ha cambiado tanto.
Hay algunas muy buenas, aparte de su valor de crónica de un tiempo.
Ahora, en este mundo tan globalizado y uniforme, es mucho más difícil conseguir algo similar, tan auténtico. Me refiero a esta parte del mundo, claro.
Gracias, Suso por descubrirme a este fotógrafo. Muchos besos,
cuando veo estas cosas siempre pienso en la fugacidad del instante que es la vida, con toda su intensidad, con toda la eternidad de cada instante.
ResponderEliminarYraya veo que has indagado, si te digo la verdad me ha costado un montón escoger qué fotos poner en la entrada, porque me he pasado tardes en el museo observando esas miradas, viendo los pequeños detalles, la esquina de la chaqueta descosida, la sombra, el regalo debajo del brazo, los ojos, bocas, pelos, manos...todas estas imagenes me transmiten un montón.
ResponderEliminarTe avisaré, pero si te enteras tú avisame a mi.
Beijinhos.
Pues si te gusta el gallego genial Nik Neuk, siempre traduzco lo que no escribo en castellano, (todo un currazo en el blog de Mozambique donde casi todo lo escribía en galaico-portugues y castellano), y mi trabajo me cuesta porque ya no hay traductores fiables y gratuitos en la red.
El número de fotos hechas por un sólo hombre, lo aislado y reducido de la zona, la temática, el hecho de que muchísimas de estas fotos fueran las "noticias" del pueblo allá al otro lado del charco, hacen de esta colección una cosa muy especial. Seguro que en otros sitios hay colecciones similares, me encantará descubrirlas, si conoces mándame algún enlace, un abrazo.
Pois si Taiara, que ven me viu iso de botar unha ollada a aqueles tempos, que non fai tanto ollo, tempos nos que creceron os meus país, tempos de emigración, de falta de todo, de roupa aburacada, de cabelos longos, de panos na cabeza...escapando deses tempos entramos nestes pechando a porta as nosas costas.
Un abraço
Tesa, eres de esa gente que me anima con todo lo que dices, seguiré poniendo links porque sé que puedes hacer clik y descubrir mis mundos.
A mi me parece un genio de la imagen, quedate con el nombre, por si teneis la fortuna de recibir esta restrospectiva.
Gracias a ti, por creer y crear. Beijinhos.
NoSurrender, hay segundos tan intensos que podrían ser vidas y vidas tan fugaces que podrían sintetizarse en segundos. Saludos y salud.
Yo he visto fotos por ahí pero ni idea de donde.
ResponderEliminarMe gusta el gallego y antes hasta hablaba un poco. Es fácil de entender.