La píllara, como ave salvaje, limícola, que se alimenta de pequeños artrópodos de playa, nunca ha tenido relación directa con los humanos, aúnque se vea influida por los usos que estos hacen de la playa.
Por esto, su relación natural ante nuestra presencia es escapar. Nunca pensará que vamos a hacer algo por ella, a protegerla, o que nos preocupamos por su supervivencia. Ella se ocupa de su supervivencia, y hace lo que tiene que hacer, es píllara, no gaviota, ni golondrina. Así que hace todo lo que su esencia de píllara le indica.
Cuando piensas en el agradecimiento, en la recompensa, en las cifras de crías protegidas, en todo eso que está en la cabeza, te estás yendo muy lejos de la playa, con lo que tu presencia estará más en la mente que en la píllara.
Puedes en cualquier momento observar que esto es así, el ser humano funciona de esta manera, viajando mentalmente al futuro y al pasado. Acógelo con compasión, detente y vuelve a respirar tres veces, concentra tu atención en un objeto concreto, respira y permite que esos pensamientos pasen como el agua del río.
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palabras del camino