En algún pueblo me tocó observar la tarea de picar leña. Un árbol enorme, que me costaría abrazar, es llevado al patio o entrada de la casa, un hombre va cortando toros con una motosierra, y otro rompe estos toros metiendo cuñas de hierro que golpea con una maza que recuerda a las armas medievales. Los fragmentos consiguidos aún son demasiado grandes para meter en cocina y chimenea, así que los hijos e hijas, o la madre, se encargan de partirlos con hachas. Sudan, golpean, ríen, charlan, hacen descansos, comen, beben...viven, todo juntos. Es curioso pero aquí hasta el serrín se recoge y se usa.
Otra tarea de la época es cortar la hierba, pero no os vallais a pensar que es pasar el cortacesped, que va, aquí la cortan a guadaña de toda la vida, y esa hierba tiene un valor, va a ser para que coman los animales en invierno, así que los prados son inmensos.

Esa hierba es recogida y colgada en una especie de porterías bajas hechas con baras de madera. Una vez seca, se amontona alrededor de un palo central, como si fuera una gran hoguera de San Juan...un día por la carretera me sorprendí al ver a una chica encima de la montaña de paja colocando la hierba que le iban pasando la familia desde abajo.
En otra ocasión me vi explicándole a dos jóvenes, que van y vienen a España dependiendo de la demanda laboral, que esa manera de vida me parece mucho mas acertada. No dependen de combustibles, se autoabastecen no sólo de comida, sino de la comida de sus animales, que serán su fuerza motora de transporte, forman ciclos con la tierra...vamos que cuando el euro haga pin pan pun, ellos van a poder sobrevivir mucho mejor que un oficinista de Burgos.
Los dos me miraron como si estuviera un poco loco, es mucho trabajo, decían, ya pero no dependes de nada ni nadie.
Aunque no dependas de nadie, si dependes de algo. Dependes de las lluvias, del sol, de tus animales... coincido en que es una vida sencilla y llena de paz, pero para nada relajada. Los animales no entiendes de festivos, ni domingos, ni vacaciones. Comen todos los dias del año, y las fincas y las plantas necesitan su mantenimiento igualmente. Ay Suso, todo tiene su lado bonito y su lado sombrío!
ResponderEliminarUn abrazo meu, verás que tarde, pero me estoy poniendo a dia poquito a poco....
Claro que si querido-reaparecido David, con relajada me referia a más "natural" o no estresada, porque la gente del campo tiene tiempo a ver, a respirar, físicamente es cansadísimo, pero ves algo que nunca se verá en una oficina, el fruto de tu trabajo crecer, y luego te lo comes.
ResponderEliminarOtro tema que aquí pasé de puntillas es el de la autosuficiencia energética y soberanía alimenticia, la gente del rural está mucho más cerca del autoavastecimiento que los urbanitas.
Un abrazo y tómalo con calma porque te quedaaaa.